Estudio pone de relieve eficacia del Balón Intragástrico para perder peso
Madrid, 13 may (EFE).- La técnica no quirúrgica de implantación del Balón Intragástrico (BIG) constituye un método de ayuda “seguro y eficaz” para perder peso, sin mortalidad, y con muy baja tasa de morbilidad incluso en pacientes ambulatorios.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por médicos españoles y publicado por la revista Obesity Surgery Journal, presentado hoy en el madrileño hospital universitario Madrid-Sanchinarro.
Gontrand López-Nava, del Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, ha presentado hoy las principales conclusiones que también ponen de relieve que es el método más demandado por la población que necesita perder más de 15 kilos, que debe combinarlo con dieta, ejercicio y cambios en la conducta alimentaria.
El estudio recoge datos de 714 pacientes desde el 1 de junio de 2005 al 31 de mayo de 2007, aunque continúa abierto, y según el mismo, sólo un 4,3 por ciento de los pacientes requirió la retirada precoz del BIG debido a intolerancia psicológica y gastroparesia (trastorno estomacal por el cual el estómago tarda demasiado tiempo en vaciar su contenido).
No obstante, lo habitual es tolerarlo en tres o cuatro días, asegura López-Nava.
Según el estudio, las complicaciones menores más referidas tras la colocación del balón intragástrico son las náuseas, los vómitos y el dolor leve epigástrico, “todos ellos de fácil manejo ambulatorio y de limitada duración”, según López-Nava.
También puede colocarse un segundo balón para perder más peso -lo que se realizó en 112 de los pacientes reclutados-, “lográndose una mejora considerable de los resultados y de la consolidación de los hábitos adquiridos”, según el especialista.
Tras la realización de este estudio el Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro “se consolida como referencia europea en la utilización de este método, con más de
2.000 implantes realizados hasta el momento”, según señala en un comunicado el citado centro.
Las co-morbilidades previas a la colocación del balón intragástrico desaparecieron o mejoraron hasta en el 46,9 por ciento de los casos, según señala el estudio, que pone de manifiesto que las hipertensión arterial, la diabetes tipo 2, los desórdenes respiratorios y la osteoartropatía fueron las más comunes.
Este estudio -continua el Dr. López-Nava- “demuestra que el balón intragástrico es una buena alternativa para aquellas personas que no han logrado resultados satisfactorios con dietas, medicamentos o terapias conductuales únicamente”.
Asimismo, es una técnica que se utiliza previamente a la realización de cirugías de la obesidad para disminuir los riesgos asociados a la intervención.
“Hay cirujanos que nos demandan el balón intragástrico como método puente pre-quirúrgico para disminuir los riesgos de la cirugía bariátrica, pero es el paciente el que toma la última decisión”, añade López-Nava.
Cada tratamiento tiene una duración máxima de siete meses.
Esta técnica “tiene un futuro muy prometedor, debido a que la obesidad es una de las pocas enfermedades cuya prevalencia no sólo no se ha logrado controlar, sino que va en aumento”, señala.